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Letters by ClavéCatalanization

The Choruses in Madrid, 1863.

An unpredecent success

From Josep Anselm Clavé to Isabel Soler i Bosch Madrid, June 16, 1863

Josep Anselm Clavé wrote this letter after his first concert in Madrid during his 1863 trip with the choruses of workers. The success was paramount. This document is a source of information to study musical performances in nineteenth-century Spain. It also gives an idea about Catalans who lived in Madrid at that time.

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  • We have respected the spelling and grammar for each transcription, without modification or modernization. Abbreviations are transcribed as follows: “pa: para”, etc.

Spanish Transcription

Madrid 16 junio de 1863

Querida Isabel: conforme te he anunciado por telégrafo el exito de la funcion de anoche superó nuestras esperanzas. Desde nuestra llegada á Madrid, te confieso francamente que me habia espantado, y temia que un disgusto amargo seria el premio de mis sacrificios para iniciar en esta corte la institucion que tan buenos resultados está dando en Cataluña; los comentarios disparatados que de los coristas y de las composiciones se hacian; el parecer casi unánime de que el excesivo calor impediria que hubiese concurrencia en el teatro; las funciones anunciadas para hoy en El Elíseo y para el jueves en el Paraiso, funciones que dan en competencia con nosotros los manipu[1v]ladores de la zarzuela con los coristas de los teatros principales de esta; el que dichos adversarios propalasen por los cafés que mis coros no eran mas que una mala murga, y el que los mismos catalanes creyesen que tal vez no cuajaria mi nuevo genero de musica entre los petulantes cortesanos, todo me habia causado tal desazon que temía, con algun fundamento, llevarme un solemne chasco. En esta terrible incertidumbre de la que participaban todos los coristas y en especial los amigos periodistas de esa que nos acompañan fuimos al ensayo. Para colmo de fatalidad ensayamos la Violeta y el coro, es decir los primeros tenores desafinaron espantosamente. Estaban alli Barbieri, Gaztambide, Oudrid y compañia, en una palabra todos los que nos herian en publico sin consideracion alguna, y puedes suponer [2r] como me quedaria yo. Sin embargo, el director de orquesta Arche, que me parece el menos maligno de todos, me pidió si cantariamos algun coro á voces solas para que los presentes oyesen lo que él tanto habia admirado el año pasado en los Campos, y sin hacerme de rogar les encajé Los Pescadors, que el coro ejecutó de una manera perfectisima. Mal que les pesase musicos y compositores se entusiasmaron en terminos pocos comunes en ellos. Gaztambide y demas se mordieron los labios de coraje y yo empezé a tranquilizarme. Procedimos luego al ensayo de Las galas del Cinca y sin saber como ni cuando el coro las cantó lo mas mal posible, completamente desafinado y sin poder avenirse en manera alguna con la orquesta. Cambié luego el programa de la funcion y con nueva zozobra aguardé el resultado de la noche. Gaztambide, por supuesto, al paso que [2v] Barbieri me abrazaba entusiasmado, y Oudrid se largaba del teatro, tuvo la desverguenza de decirme que suprimiese las piezas con acompañamiento de orquesta por cuanto el coro no estaba educado mas que para cantar á voces solas, en cuyas piezas el publico no podia notar tanto que bajaban notablemente la tonalidad. Pero estaba de Dios que sin que lograse desacreditarnos como hubiera deseado por la noche se volviesen á desafinar Las galas. Gracias á que habíamos ya dado el golpe con los coros á voces solas, sino tropezabamos de lo lindo.

Juzga ahora si estando yo al frente y teniendo el coro tan aguerrido quedé mal en este terreno ¿que no les hubiera sucedido á los amigos del Hospitalet sin norte y sin guia en esta sentina de intrigas y villanias? Cree que he jugado en un atrevido golpe mi reputacion, [3r] pero he ganado la partida. Doy, pues, todo lo que he sufrido por bien empleado.

Volvamos a la funcion. Llegó la noche y el teatro casi se llenó de una concurrencia escojidisima. Madoz, Permañer, Figuerola, Figueras, Castelar, Duran y Bas, Valldeperas, Camus, en fin todas las notabilidades artisticas, literarias y cientificas de la corte ocupaban con sus familias las localidades del coliseo. Hacía un calor espantoso. Se ejecutó una zarzuela y nos presentamos luego en escena, siendo saludados por una motivada salva de aplausos. Entonamos luego el De bon mati con una perfeccion admirable. Del exito de esta pieza dependia nuestra reputación; ni una nota se discrepó. Un silencio sepulcral reinaba en el teatro; todas las miradas fijas en nosotros; todos los oidos atentos; todos los semblantes respirando admiracion. Solo de vez en cuando se oía á media voz uno de esos bravos que salen del fondo del corazon… Terminó la pieza [3v] y un terremoto de aplausos premió nuestra obra dejando cimentada para siempre entre los madrileños mi reputacion musical. Toda la concurrencia aplaudia freneticamente sin distincion de edades, posicion ni sexo. Las señoras, que en Madrid no aplauden nunca ajitaban los pañuelos rompian sus guantes y se lastimaban sus delicadas manos secundando á los hombres en sus nutridos palmoteos. Hubimos de repetir la pieza con igual exito y luego cantamos, sin movernos de la escena Las flors de maig y Al mar! todo á la perfección y todo saludado con general entusiasmo. Al bajar el telon, todos los escritores y muchas personas de alta posicion invadieron las tablas y nos abrazaban entusiasmados, los catalanes llorando de la emocion y orgullosos de que hubiesemos dejado tan bien puesto el pabellon de la calumniada Cataluña; los castellanos [4r] locos de entusiasmo por haber oido lo que les parecia un imposible. Tuvimos que salir tres veces en el palco escenico para acallar los aplausos y bravos del publico. La orquesta aplaudió tambien entusiasmada, distinguiendose notablemente su director Arche.

Empezó la segunda parte con Las galas del Cinca y aun cuando se desafinó como en el ensayo se aplaudieron y tuvimos que reaparecer en escena á su conclusion. Luego se ejecutaron Los pescadors y La brema, y si bien un tanto fatigados los coristas por la mala distribucion del programa, las sacaron bien y fueron saludados con repetidísimos aplausos.

Hoy todo Madrid se ocupa de este que podemos llamar acontecimiento musical. Todos nos colman de placemes y elojios y no pueden creer que sean trabajadores los que sobre cantar tan bien se presentan, como dijo acertadamente [4v] anoche el Sr Camús, uno de los catedraticos mas sabios de España, con mas finura que algunos que han llegado á ser ministros. El tema de todas las conversaciones versa sobre los coros y los coristas. Los catalanes están de enhorabuena, y no caben en sí de gozo. No es posible describir el entusiasmo de que se hallan poseidos. Anoche todo el mundo hablaba en catalan, los que lo son por hacerlo constar, y los castellanos para demostrarnos su afecto recordando algunas palabras de nuestro idioma.

Los tios, oh! los pobres tios, lloraban á lagrima viva y al ver que todas las personas distinguidas por su saber y posicion iban a saludarles y felicitarles en su palco estaban medio lelos. El tio, sobretodo, abrazaba á todo el mundo fuera de si!

No creas, Isabel, que exajere en lo mas [5r] mínimo nada de todo lo que digo. Las escenas de anoche no se describen por que no es posible. Fué una ovacion, pero una ovacion de la que no me habia visto objeto hasta ahora, en un grado tan elevado.

Madoz, Figuerola y Permanyer, diputados por Barcelona creo que invitarán a la Reyna para la funcion del jueves. Yo celebraré que venga, pero no he querido invitarla personalmente, pues ni está en mi caracter, ni aquí hubiera producido buen efecto, porque no la tienen buena voluntad mas que los que comen del turron.

En cuanto al metalico, no haremos mas que cubrir los gastos, pues todo está muy caro. Pero me conformo de buen grado, pues ya sabes que mi objeto nunca ha sido el de una especulacion.

[5v] Me parece que esta carta va un poco larga, y voy á concluir.

Entrega la adjunta al amigo Guell, y comunica a los que pidan noticias nuestras lo que viene espuesto á grandes rasgos en esta. No hables de lo de las piezas con orquesta, por que no vale la pena de mentar estos pequeños lunares en medio de la esplosion de entusiasmo que anima á los habitantes de Madrid y de la satisfaccion que nos cabe en el triunfo de anoche que es uno de los mas grandes que he alcanzado en mi vida.

Adios; da espresiones á todos los amigos y colmando de besos á nuestros amados hijos Enriqueta, Aurea y Conrado, recibe un estrecho abrazo de tu

Jose

PD. El coro en su totalidad no tiene la menor novedad, todos estan buenos y satisfechos.

Description

This letter narrates Clavé’s very first concert in Madrid with the choruses of workers, in 1863. Clavé tells his wife the success he has achieved, “un terremoto de aplausos premió nuestra obra dejando cimentada para siempre entre los madrileños mi reputacion musical.” Of course, the composer was extremely interested in establishing his reputation in the capital. Many of his letters from this period show an anxiety that his work be recognized in Madrid.

The relationship between Catalonia and Madrid is one of the topics of this letter. Clavé confirms that many Catalans attended the concerts and were very enthusiastic afterwards, “nos abrazaban entusiasmados, los catalanes llorando de la emocion y orgullosos de que hubiesemos dejado tan bien puesto el pabellon de la calumniada Cataluña.” This letter tells us much about how Catalans perceived the treatment their region, Catalonia, received from the central government in Madrid. Clavé ends his letter by saying that after the concert everyone spoke Catalan in the capital, “Anoche todo el mundo hablaba en catalan, los que lo son por hacerlo constar, y los castellanos para demostrarnos su afecto recordando algunas palabras de nuestro idioma.”

This is an extraordinary document to inquire about musicians, composers, and their relationships and rivalries in the second half of the nineteenth century. Clavé mentions the difficulties he encountered when he arrived in the Capital. According to him, the choruses were criticized by many, and the chorists were called “bad street musicians.” In addition, he explains the difficult rehearsals previous to the concert. The most important zarzuela composers at that time in Madrid (Barbieri, Oudrid, Gaztambide) assisted to the rehearsals and criticized the chorists openly. Indeed, the chorists, writes Clavé, were not able to sing in tune. One composer, Oudrid, advised Clavé not to include the works in which the orchestra had to play. If the chorists sing without the orchestra, says Oudrid, the public will not realize that they are out of tune.

The concert took place on June 15, 1863 in the Zarzuela Theater and the works that the choruses of Clavé performed were: La Violeta, Los pescadors, Las Galas del Cinca, De bon matí, Les Flors de maig, Al mar, La brema.

Notes

Papers / view all

Clavé's Papers (1845—1870). A transcription of the composer's personal and professional collection of documents.

Correspondence / view all

Clavé received letters from politicians and intellectuals such as Víctor Balaguer, Pi i Maragall, Baltasar Saldoni, Pep Ventura, Abdó Terradas, Rius i Taulet, among others.

Notes / view all

This section offers an interpretation of Clavé's correspondence and archive, and compiles our scholarship on nineteenth-century Catalan popular music, politics, and social movements.