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We have respected the spelling and grammar for each transcription, without modification or modernization. Abbreviations are transcribed as follows: “pa: para”, etc.
Spanish Transcription
Lyon 22 de noviembre de 1869
Mis muy amadas Isabel y Aurea: no he recibido todavía noticias vuestras y las aguardo con suma ansiedad. No tienen tiempo de haber llegado las cartas todavía á esta, así las que supongo que me enviariais el viernes á Marsella –la cual he pedido al administrador de correos de aquel punto que me la remita–como la que debereis haberme escrito ayer en contestacion á la mia que os anunciaba nuestra llegada á Lyon.
Esta mañana han partido para Paris Morros y el otro emigrado que vino en nuestra compañia; Antonet se ha quedado y piensa partir mañana para el mismo punto. Me encarga que Titó le escriba con esta direccion:
“Mr. Eduard Cohello de Faria,
Poste restante,
Paris.”
Yo me he instalado desde esta mañana en casa del amigo Peret en donde vive tambien el amigo Pauét Alsina.
Hoy tengo el dia tristísimo y no hay para que decir cual es la principal causa. Estamos á 22 de noviembre y esta fecha y la de mañana son de eterno luto para nosotros.
No estoy bien de salud. El maldito mareo que tan malos resultados me dió en 56, me ha estropeado esta vez de un modo tal el estómago, que todo lo que como se me sienta mal, hago la digestion trabajosamente, me vienen a la boca eruptos pestilentes y me da lo que llamamos en nuestro idioma, dolór de cor y cor agró, en terminos que la noche pasada á duras penas he podido cerrar el ojo.
[1v] No puedo atribuir tanto malestar á tener el estomago cargado, por que sobre haber hecho una limpia completa a bordo del Correo de Cette, he comido estos dias poca cosa por falta de apetito y al mismo tiempo para ver si con la abstinencia consigo hacer cesar el cólico que me fastidia desde mi llegada á esta.
Pero no hay que apurarse, que todo se remediará con una vida sosegada y ordenada, menos l’anyorament que sufro siempre que estoy lejos de vosotras, que sois lo que mas amo y hecho mas á menos en este mundo.
Peret y Leonor creían que yo os habia traido á esta al venir, y hasta conservaban una cámara (chambre) para los tres, pero este pais está demasiado lejos y el clima es tan distinto, que me costaria mucho resolverme á llamaros y esponeros á una desgracia parecida á la que lloraremos toda la vida.
Ayer el dia estuvo un poco mas seco que anteayer, pero esto se debía solamente á un viento huracanado y glacial que reinó desde la salida á la puesta del sol. Se entiende que al hablar de sol no me refiero al nuestro. El de aqui está continuamente velado por la niebla, y se puede aplicarle muy bien el nombre de sol de los muertos, tan pálido y triste se presenta en invierno. La temperatura está desde ayer á 2 grados bajo cero y no puede pararse en la calle. Las casas son mas confortables que en Barcelona y no saliendo al aire libre, no se siente el frio.
Estos dos dias me <he> quedado en la fonda para no dejar á los compañeros y las cámaras estaban tan bien calentadas, que por la noche y hasta por la madrugada he dormido desabrigado de medio cuerpo arriba. Se comprende bien que las casas estén dispuestas de modo que se pueda resistir la [2v] temperatura baja que generalmente reina desde 1os de noviembre á ultimos de abril.
¡Como se gasta el dinero yendo por el mundo! Absteniendome de todo, mi pobre bolsillo ha sufrido una baja considerable. Y lo peor del caso es, que todo parece mas barato que en España.
En primer lugar; en apariencia, el franco es un equivalente á nuestra peseta, y en realidad no tiene mas que veinte cuartos de valor. Ejemplo: un panecillo, ó una caja de fósforos que para nosotros vale dos cuartos, aqui vale dos sueldos; al parecer una moneda igual á la nuestra, pero con una peseta se compran en Barcelona 17 panecillos ó 17 cajas de fósforos y aqui con un franco no se compran mas que 10. Es decir, que las piezas que aqui circulan son de uno y de dos sueldos como si dijeramos de uno ó de dos cuartos en España y el precio de todo se ha arreglado á sueldos (ó céntimos de 5 en 5) y al por menor todo sale mas caro, por la espresada razon de que un franco tiene veinte sueldos, mientras la peseta tiene treinta y cuatro cuartos.
Ademas hay aqui un medio de esplotar al projimo que escede a toda ponderacion. Cojeis, por ejemplo, una guia y leeis “Fonda tal”, camara á 1 franco diario”; tomais la camara entre dos, por haber dos lechos de los que llamamos llit de monja, muy reducidos. ¿Creereis pagar con dos francos diarios? Pues os equivocareis. La cuenta será, cuando menos, la siguiente:
“Camara para cuatro, 4 francos, bujia para dos, 1 franco, servicio del mozo 2 francos… y cuidado que no añadan el vaciar el vaso de noche. Reclamais, pero os contestan que no teniais derecho á ocupar mas que un lecho entre dos y habiendo ocupado dos lechos, ocupais camara para 4; luego aun cuando os sirvais los dos de una misma bujia y sea cada noche la misma, os servis de luz á razon de 25 centimos cada uno, y asi por el estilo.
[2r] ¡Cuanto me acuerdo de aquella anécdota musical que publiqué en el Eco, referente á un inglés que comió en un hotel con su familia, y como tocase una banda militar en la plaza contigua, le pusieron en la cuenta: Música para cuatro, 8 francos!
Al compañero que vino con nosotros de Marsella le ocurrió visitar un Museo. Una portera muy emperifollada le dijo que debia dejar el baston, y le pidió propina por guardarselo. En la primera sala un empleado oficioso le enseñó lo que le pareció bien de aquel recinto, le acompañó á otra sala y diciendo que alli terminaba su cometido le pidió propina; el empleado de la 2ª sala hizo lo propio y le acompañó a la tercera, en donde se disponia otro á saquearle… pero nuestro amigo creyó prudente escapar como si le acosase una fiera.
Pero lo bueno es lo que nos sucedió una noche en un cafe chantant. Cenamos en casa Peret y al regresar de la Croix rousse á la villa nos acompañó Pauet diciendo que dormiría con nosotros en la fonda. Eran las diez cuando llegamos á Lyon y nos dirijimos á un cafe chantant muy lujoso que llaman el Casino, en donde cantan por turno, romanzas francesas siete u ocho regulares cantantes de ambos sexos, acompañados de una orquesta de 20 músicos, y se hacen ejercicios gimnásticos bastante buenos. El amigo escarmentado tomó informes, y nos aseguró que tomando cada uno un cafe de medio franco, dos reales, disfrutariamos del espectáculo. Parecia que alli no nos esplotarian mas que en la mala calidad de la bebida, y entramos ya conformes en gastar el medio franco en agua súcia. El local es magnífico y estaba lleno de bote en bote. Cada hora bajan el telon y anuncian que los que hayan refrescado ya, tienen que renovar la consumacion, es decir, pagar é irse ó pagar y pedir bebida de nuevo. Habiamos llegado a las 10 y media y faltaba media hora para terminar la funcion. No viendo sitio á mano, buscamos donde meternos, cuando un caballero [3v] dependiente muy amable nos señaló una especie de cueva en un rincon en donde nada veíamos del espectáculo. Pedimos cafe y nos trajeron cinco medias tazas, es decir, cinco tazas llenadas solo hasta la mitad, de un brevaje insoportable. Ni siquiera tuvimos mesa donde colocarlas, como la tenia toda la demás concurrencia del salon. Concluyó la fiesta, nos dispusimos á salir, y cuando creiamos pagar los cinco el precio de tarifa, medio franco cada uno por café, perdonandoles el que no nos hubiesen dado mas que la mitad y hubiesemos estado mal, nos pidieron á razon de 1 franco cada uno. Preguntado el porqué, nos dijo el mozo: 25 centimos (1 real) cada uno por ser el sitio que habeis ocupado considerado como de preferencia y 25 centimos mas por habernos escapado en las tazas un poco mas de café del que correspondía por medio franco. Decidme ahora si puede darse en ningun punto de España descaro semejante.
Estoy resuelto á no ir á parte alguna para evitar que un día se’m quedin per penyora.
Ya me sobrará tiempo para daros noticias de Lyon que, aparte lo dicho, es una magnífica villa. Cuando la haya recorrido toda, os enteraré de lo mas notable, no solo para satisfacer vuestra natural curiosidad, sino para distraerme escribiendoos.
Ya he descubierto un medio de matar un par de horas cada dia, cuando no llueva o nieve. Una banda militar, que las hay aqui muy buenas (á la alemana), toca diariamente en una gran plaza de las varias que hay aqui. No creo que me exijan nada por oir, como todo el mundo, una música que toca para distraer al público en medio de una plaza.
Pauet Alsina recibe el Telegrafo, y aun que con tres [3v] dias de retardo, recibimos diariamente noticias de esa por dicho periódico. Además los de esta villa, publican partes telegráficos diarios de Madrid que adelantan á los que reciben los periodicos de Barcelona. Es decir, que respeto á partes se reciben antes aqui que ahí.
Cada vez que escribo compadezco á Aurea que ha de interpretar mi letra, cada dia mas embrollada, por el temblor del pulso y la falta de vista que cada dia es mas notable. Toma paciencia, hijita mia, y descifra como puedas mis borrones que Mamá ya debe haberse hecho cargo de que no eres tan habil en descifrar mala letra como se ha de ser para entender bien la mia.
Mil cariñosos afectos á todos los amigos, y vosotras y Titó, recibiendolos de Peret, Leonor, Pauet y de Antonet en particular disponed de vuestro amante esposo, padre y hermano
Jose
Description
Clavé is in Lyon and lives in his friend Peret’s house. He is sad because it is Enriqueta’s death anniversary. She died on November 23, 1867, in Madrid. She was fourteen. Clavé says that November 22 and 23 have become days of eternal mourning. He also feels nostalgia for his family and his country.
He is concerned about his health: he has nausea, his stomach hurts, he cannot digest well, and neither can he sleep.
This letter offers a lengthy description of the city of Lyon from a Catalan perspective. Clavé compares Barcelona and Lyon, especially the sun. In Barcelona, the sun is high and hot, in Lyon, it is the sun of the dead (“el sol de los Muertos”). The city is cold, there is a glacial and hurricane-like wind.
Finally, this missive also gives us an idea of the cost of living in Lyon, compared to Barcelona. Clavé complains that everything is more expensive in France, although it should not be the case. Indeed, the peseta and the franc seem to have the same value. He explains the cost of simple items, such as coffee or a bed in a guest house. He also mentions how people try to take advantage of strangers to make them pay more for services than they should, for example, in a café chantant or in a museum.
Notes
Important data about Clavé and his family
We know how affected was Clavé by his children’s deaths by how he shared his feelings in his letters.